"(...) quería escribir poesía porque me había enamorado de las palabras. Los primeros poemas que conocí fueron canciones infantiles, y antes de poder leerlas, me había enamorado de sus palabras. Lo que las palabras representaban, simbolizaban o querían decir tenía una importancia muy secundaria; lo que importaba era su sonido cuando las oía por primera vez en los labios de la remota e incomprensible gente grande que, por alguna razón, vivía en mi mundo".

Dylan Thomas.


sábado, 30 de abril de 2011

- Me gustaba cuando era malo, yo pensaba que me odiaba.
- Pero si es malo todo el tiempo, cuando lo odiás
   y cuando pensás que te hace feliz.

¡Es incréible como suceden las cosas!
¿Quién hizo ésa llamada y defendió la liberetad?
(Yo aquí... vos allá)

Todas las predicciones fallan,
el sabor de la miel es efímero y corta la vida
de la mariposa que sin querer muere sobre la rosa.


Leólo me saluda con la tímidez
propia de su edad;
entre trozos de carne
me explicó su homofobia.

Yo también sentí desvanecer
ante a una multitud perpleja
que camina por las avenidas
del sistema indecifrable.

Todos vieron de la montaña,
los edificios caer... las casas,
y uno que otro muerto que se levantó
de su tumba buscando qué comer.
¡Me quemé las pestañas,
no pensé que fuera posible!
No estaba estudiando, leyendo ni pensando,
no escribí una línea en ningún papel...

¿Quién eres tú para perguntarme
de qué depende mi quehacer?
¿Conocés el tuyo, dintinguís la maldad
del rol equivocado o el placer?


Desprendimiento

Jardines impensables, paraisos irreales;
la música milenaria acapara mi atención.

Nos matamos poco a poco, queriendo respirar - vivir.
Sin tomar el aliento necesario caemos eufóricos ante la confusión.

A tierras frías va mi corazón, dejando atrás el sol infernal,
el caos y el amor ¡Que me reciban con los brazos abiertos!

el alma apretada y el cuerpo en movimiento...
sin sangre en mis venas, sólo el aire que necesito respirar.

viernes, 29 de abril de 2011

Pérdidas

No puedo ver en el espejo,
es aterrador.
Mi cuerpo transmite el holocausto
de mi múltiple personalidad.

Ya no hablo inglés, fránces
ni alemán; no comprendo
el significado del signo
que enumera mi ansiedad.

Calmarme es lo que necesito,
respirar profundo y no pensar.
No permitir el olvido,
preservar a toda costa la dignidad.

Mi nuevo anillo se divide en dos,
olores terrenales, color a coco
que antes me transportaban
a una época mejor.