"(...) quería escribir poesía porque me había enamorado de las palabras. Los primeros poemas que conocí fueron canciones infantiles, y antes de poder leerlas, me había enamorado de sus palabras. Lo que las palabras representaban, simbolizaban o querían decir tenía una importancia muy secundaria; lo que importaba era su sonido cuando las oía por primera vez en los labios de la remota e incomprensible gente grande que, por alguna razón, vivía en mi mundo".

Dylan Thomas.


martes, 2 de noviembre de 2010

Una y otra vez
¿Cuántas veces más?
Empiezo a olvidarme de mí misma
para ponerme en tu lugar.


No tengo un sitio cálido
y confortable en la oscuridad.
No hay objeto ni imagen
que llene mi Ser de Amor y Paz.


Busco perdida en la ciudad del olvido
la canción de los hongos que bailan sin cesar.
El duende malvado, dueño y señor del bosque
me hace trampas, ninguno cantará.



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